El déficit de atención sin hiperactividad es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a niños, adolescentes y adultos. A diferencia del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), las personas con TDA sin hiperactividad no presentan los síntomas típicos de la hiperactividad y la impulsividad. En su lugar, tienen dificultades para prestar atención, concentrarse y mantenerse enfocados en tareas específicas. Estos síntomas pueden ser confundidos con falta de interés o desmotivación, pero en realidad son el resultado de problemas neurológicos subyacentes.
¿Qué es el TDA sin hiperactividad?
El TDA sin hiperactividad, también conocido como TDA desatento, es un trastorno neurobiológico que afecta a la capacidad de atención y concentración de una persona. A diferencia del TDAH, las personas con TDA sin hiperactividad no muestran los síntomas clásicos de hiperactividad y impulsividad. Esto puede hacer que el trastorno sea menos visible y más difícil de identificar.
Síntomas del TDA sin hiperactividad
Los síntomas del TDA sin hiperactividad pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen dificultad para prestar atención, distractibilidad, problemas de organización, olvidos frecuentes, tendencia a perder objetos y dificultad para seguir instrucciones. Estos síntomas suelen presentarse de forma persistente y afectar el rendimiento académico, social y laboral de la persona.
Dificultad para prestar atención:
Una de las principales características del TDA sin hiperactividad es la dificultad para mantener la atención en una tarea o actividad durante un período prolongado de tiempo. Las personas con este trastorno suelen distraerse fácilmente y tienen dificultad para concentrarse en una tarea específica.
Distractibilidad:
Las personas con TDA sin hiperactividad suelen ser muy sensibles a estímulos externos y pueden distraerse fácilmente por ruidos, movimientos u otras interferencias. Esto puede dificultar su capacidad para concentrarse en tareas importantes y completarlas de manera eficiente.
Problemas de organización:
La falta de atención y la distractibilidad pueden dificultar la organización y planificación de tareas. Las personas con TDA sin hiperactividad pueden tener dificultad para establecer rutinas, seguir horarios y mantener un ambiente de trabajo o estudio ordenado.
Olvidos frecuentes:
Las personas con TDA sin hiperactividad pueden tener dificultad para recordar información importante, como fechas, plazos y compromisos. Suelen olvidar tareas asignadas, citas o eventos importantes, lo que puede afectar su vida personal y profesional.
Tendencia a perder objetos:
Otro síntoma común del TDA sin hiperactividad es la tendencia a perder objetos con frecuencia. Las personas con este trastorno suelen tener dificultad para mantener organizados sus pertenencias y pueden perder objetos importantes, como llaves, carteras o teléfonos móviles.
Dificultad para seguir instrucciones:
Las personas con TDA sin hiperactividad pueden tener dificultad para seguir instrucciones detalladas y completar tareas que requieren seguir una secuencia de pasos. Esto puede dificultar su rendimiento académico y laboral, así como su capacidad para cumplir con las expectativas y requerimientos de los demás.
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Cómo identificar el TDA sin hiperactividad
Identificar el TDA sin hiperactividad puede ser desafiante, ya que los síntomas pueden ser más sutiles y menos visibles que los del TDAH. Los profesionales de la salud utilizan una variedad de herramientas y evaluaciones para realizar un diagnóstico preciso. Algunos de los pasos que pueden seguirse para identificar el TDA sin hiperactividad incluyen:
Evaluación clínica:
Un médico o profesional de la salud mental realizará una evaluación clínica exhaustiva, que incluirá entrevistas con el paciente y sus familiares, así como la revisión de la historia médica y el análisis de los síntomas presentes.
Evaluaciones neuropsicológicas:
Las evaluaciones neuropsicológicas pueden ayudar a evaluar la atención, la memoria, la organización y otras habilidades cognitivas que pueden estar afectadas por el TDA sin hiperactividad.
Evaluaciones psicopedagógicas:
Las evaluaciones psicopedagógicas se centran en evaluar el rendimiento académico y las dificultades de aprendizaje relacionadas con el TDA sin hiperactividad. Estas evaluaciones pueden incluir pruebas estandarizadas, observaciones en el aula y entrevistas con los educadores.
Observación del comportamiento:
La observación del comportamiento en diferentes entornos, como el hogar y la escuela, puede ayudar a identificar los síntomas del TDA sin hiperactividad y su impacto en el funcionamiento diario de la persona.
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¿El TDA sin hiperactividad solo afecta a los niños?
No, el TDA sin hiperactividad también puede afectar a adolescentes y adultos. A menudo, los síntomas pueden persistir hasta la edad adulta y tener un impacto significativo en la vida personal y profesional.
¿El TDA sin hiperactividad se puede tratar?
Sí, el TDA sin hiperactividad se puede tratar con una combinación de terapia de comportamiento, terapia cognitiva y medicación. Un enfoque integral y personalizado es clave para brindar apoyo y mejorar la calidad de vida de las personas con este trastorno.
¿El TDA sin hiperactividad es lo mismo que la falta de atención?
No, la falta de atención puede ser un síntoma o un rasgo de personalidad, pero no necesariamente indica la presencia del TDA sin hiperactividad. El trastorno se caracteriza por dificultades significativas y persistentes en la atención y la concentración, que afectan negativamente el funcionamiento diario de la persona.
¿El TDA sin hiperactividad afecta el rendimiento académico?
Sí, el TDA sin hiperactividad puede afectar el rendimiento académico debido a la dificultad para prestar atención, seguir instrucciones y mantener una organización adecuada. Es importante que las personas con este trastorno reciban el apoyo adecuado para maximizar su potencial y superar los desafíos que pueden enfrentar en el entorno educativo.